¿Qué es la portavocía inclusiva?

Aquellas situaciones en las que una persona de una compañía interviene hablando ante un público desde su papel de representante de la misma, se convierte en un medio de transmisión de la imagen, la identidad y la estrategia de su organización, incluso aunque no sea consciente de ello.

Estas personas no son solo aquellas que tienen posiciones directivas, puede ser cualquier persona de atención al público, un comercial o cualquier otra persona del equipo que actúa en nombre de la marca. Es cierto que la exposición, el riesgo y la influencia de un perfil directivo, siempre es mayor.

En este dossier te damos algunas claves y la fórmula para que trabajes la portavocía con una visión inclusiva.

Te proponemos una fórmula

En los últimos años se ha hablado mucho del lenguaje inclusivo. Es un aspecto importante para avanzar hacia la inclusión, pero en materia de comunicación inclusiva, no es el aspecto más relevante. Si queremos que nuestra comunicación tenga un impacto real en la inclusión de aquellas personas más vulnerables, debemos, como emisores en el proceso de comunicación, tener primeramente un propósito claro en el que integremos de manera activa y visible mensajes que contribuyan a avanzar en los principales retos que existen en nuestra sociedad en materia de inclusión sociolaboral.

Para poder hacerlo, necesitamos conocer las diferentes realidades sociales (Conocimiento e información), tener información que nos permita tomar decisiones adecuadas. Conocer esas realidades nos ayudará a ser más sensibles. ¿Cómo puedes hacerlo? Puedes seguir a personas muy distintas a ti en redes sociales, o hacer voluntariado con Fundaciones y entidades que se dedican a trabajar su inclusión, por ejemplo.

El siguiente factor es crítico: tener comportamientos inclusivos. Necesitamos valores humanos y actitudes clave como la justicia, la empatía, el respeto y la tolerancia, el compromiso social, la apertura de mente,… De nada sirve utilizar un lenguaje inclusivo si no somos coherentes y nuestros comportamientos no trasmiten estos valores.

Ahora sí, hablemos de aspectos más técnicos de la comunicación. Para poder asegurar una experiencia inclusiva para aquellas personas con las que nos relacionamos, debemos ponernos en su lugar y asegurar que la forma de comunicarnos y el mensaje que trasladamos contribuya a una máxima: el derecho a entender de todas las personas y a participar activamente en la sociedad. Si a nuestra comunicación la despojamos de prejuicios y estereotipos, de falsas creencias o información imprecisa (SI), entonces estaremos contribuyendo activamente, a través de nuestra comunicación a generar experiencias inclusivas.

¿Qué te parece esta fórmula?

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